domingo, 20 de mayo de 2012

Das Modell

Cuando pensamos en todo lo relacionado con la moda normalmente nos viene a la mente la magnificencia y el estilismo de los allí presentes que visionan cual perrito pastor al ganado, ladrando cuando algo llama la atención, sea bonito u horroroso, aunque sea dicho que para las personas en general nos resulta muy difícil discernir lo bonito y estiloso de lo feo y horroroso, lo bueno de lo malo.
Claro que llegado a este punto muy posiblemente estéis pensando en que he debido indudablemente de equivocarme de blog y que posiblemente tenga una vida privada en la que mi mayor afición sea calificar las creaciones (qué grandilocuencia, qué se creen) de los distintos diseñadores o lanzar morralla sobre la vida privada de personas que no me interesan
Pero nada mas lejos de la realidad de hecho el segundo párrafo es una gilipollez tan grande que merecería ser borrado junto con su creador de la faz  de la tierra pero si releéis el primer párrafo veréis que si aplicáis eso al mundo de la política tampoco hay tantas diferencias. De hecho en el mundo del diseño normalmente suele ser la modelo quien condensa la fama, una fama efímera pero que en la política es siempre bien recibida por que los focos entonces se centran mas en las personas que en las ideas en si y en los “diseñadores “de ellas. Por supuesto esto no es patrimonio de un solo Estado y todos los países tienen sus modelos y sus diseñadores, sus políticos y sus partidos y como en todo unos importan y otros exportan…o invaden.
Y amigos ya esta aquí, ya llega, directamente desde la Selva Negra…
Sí, la señora Merkel y su magnífica reforma laboral alemana dispuesta a invadir a bocados de reformas y recortes a los países en problemas financieros. Hay quien dirá que invasión no es la palabra adecuada y menos si nos referimos a algo alemán (¡!), pero lo cierto es que ya esta aquí y que yo sepa dicha reforma no estaba, como no podía ser de otra manera, en el programa electoral del partido actualmente en el gobierno quien, como no podía ser de otra manera, achacó a la ineptitud del anterior ejecutivo para ocultar sus propias carencias y tapar, también, que su idea concuerda con el de los empresarios mas rancios (porque haber hay de todo) al contrario de la opinión de la mayoría de españoles. Dos pájaros de un tiro, hago lo que yo quiero y como sé que no va a gustar echo balones fuera e impongo la tesis de que “no nos queda otro remedio” tantas veces como sea necesario hasta que dicha idea se haga axioma (por cierto esto ultimo algo muy alemán también).
Pero claro hay quien se hace preguntas mas allá de escuchar consignas y algunas dudas florecen. Como por ejemplo que no es oro todo lo que reluce, que es cierto que el paro en Alemania es muy escaso comparado con la mayor parte de sus socios europeos, pero también es verdad que la calidad de esos trabajos es todo lo contrario a buena y sus salarios, sorprendentemente, tampoco son tan altos como los que el imaginario colectivo español se cree.
Porque lo que el imaginario colectivo piensa es que todos los alemanes son ingenieros y que todos ganan lo mismo que un aerodinamicista de mercedes o que un “triturador” de polímeros en una empresa de botellas de plástico para lejía. Pero no, hay barrenderos, camareros, mecánicos y mucho más y, claro su situación laboral no es tan buena y la precariedad de los trabajos es algo latente. http://www.youtube.com/watch?v=NHgXi0EayYw

Ahora bien habrá quien diga que por lo menos trabajan, e independientemente de las condiciones, eso es cierto, pero por qué damos por sentado que el modelo alemán va a funcionar en una España al borde del colapso económico y mental. Por qué nos ocultan que Francia hace cinco años emprendió una reforma laboral similar pero de resultados discutibles (que de hecho no ha soportado muy bien la crisis actual, aunque evidentemente mejor que España, todo sea dicho). Por qué creemos que dando carta blanca al gran empresario (que, no nos engañemos, es a quien únicamente representa la CEOE) nuestros problemas laborales se van a solucionar en un medio plazo como nos quieren hacer pensar.
España ha estado durante muchos años centrada en tan solo dos sectores que eran la construcción (y sus derivados) y en el turismo y la hostelería. No hay construcción, no lo habrá por mucho tiempo y si no hay trabajo el turismo y el consumo interior bajan. No se buscaron maneras de diversificar la oferta de empleo y ahora pagamos las consecuencias. Tenemos que ofrecer un caramelo a las empresas para que estas no se lleven el negocio a países emergentes y ese caramelo es equiparar lo máximo posible sueldos y derechos laborales a los de los susodichos, que evidentemente son bastante peores que los que disfrutamos ahora. Por tanto nos venden una reforma que pretende crear empleo, cuando en realidad es un modelo que lo que busca es que las grandes empresas maximicen ganancias, beneficiando al estado pero, ojo, no así a los españoles. Y claro esto dicho de esta manera ya no suena tan bien. Yo prefiero quedarme con este modelo alemán. Suena mucho Mejor. Pasen una buena semana.

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